lunes, 12 de septiembre de 2016

LA DECISIÓN DE OLVIDAR

     A menos que primero conozcas algo no puedes disociarte de ello. El conocimiento, entonces, debe preceder a la disociación, de modo que ésta no es otra cosa que la decisión de olvidar. Lo que se ha olvidado parece entonces temible, pero únicamente porque la disociación es un ataque contra la verdad. Sientes miedo porque la has olvidado. Y has reemplazado tu conocimiento por una conciencia de sueños, ya que tienes miedo de la disociación y no de aquello de lo que te disociaste. Cuando aceptas aquello de lo que te disociaste, deja de ser temible.

     Sin embargo, renunciar a tu disociación de la realidad trae consigo mas que una mera ausencia de miedo. En esa decisión radica la dicha, la paz y la gloria de la creación. Ofrécele al Espíritu Santo únicamente tu voluntad de estar dispuesto a recordar, pues Él ha conservado para ti el conocimiento de Dios y de ti mismo, y sólo espera a que lo aceptes. Abandona gustosamente todo aquello que pueda demorar la llegada de ese recuerdo, pues Dios se encuentra en tu memoria. Su Voz te dirá que eres parte de Él cuando estés dispuesto a recordarle y a conocer de nuevo tu realidad. No permitas que nada en este mundo demore el que recuerdes a Dios, pues en ese recordar radica el conocimiento de ti mismo.

     Recordar es simplemente restituir en tu mente lo que ya se encuentra allí. Tú no eres el autor de aquello que recuerdas, sino que sencillamente vuelves a aceptar lo que ya se encuentra allí, pero había sido rechazado. La capacidad de aceptar la verdad en este mundo es la contrapartida perceptual de lo que en el Reino es crear. Dios cumplirá con Su cometido si tu cumples con el tuyo, y a cambio del tuyo Su recompensa será el intercambio de la percepción por el conocimiento. Nada está más allá de lo que Su Voluntad dispone para ti. Pero expresa tu deseo de recordarle, y ¡oh maravillas! Él te dará todo sólo con que se lo pidas.

     Cuando atacas te estás negando a ti mismo, Te estás enseñando específicamente que no eres lo que eres, Tu negación de la realidad te impide aceptar el regalo de Dios, puesto que has aceptado otra cosa en su lugar. Si entendieses que esto siempre constituye un ataque contra la verdad, y que Dios es la verdad, comprenderías por qué esto siempre da miedo. Si además reconocieses que formas parte de Dios, entenderías por qué razón siempre te atacas a ti mismo primero.

     Todo ataque es un ataque contra uno mismo. No puede ser otra cosa. Al proceder de tu propia decisión de no ser quien eres, es un ataque contra tu identidad. Atacar es, por lo tanto, la manera en que pierdes conciencia de tu identidad, pues cuando atacas es señal inequívoca de que has olvidado quién eres. Y si tu realidad es la de Dios, cuando atacas no te estás acordando de Él. Esto no se debe a que Él se haya marchado, sino a que tú es eligiendo conscientemente no recordarlo.


     Si te dieses cuenta de los estragos que esto le ocasiona a tu paz mental no podrías tomar una decisión tan descabellada. La tomas únicamente porque todavía crees que puede proporcionarte algo que deseas. De esto se deduce, por consiguiente, que lo que quieres no es paz mental sino otra cosa, pero no te has detenido a considerar lo que esa otra cosa pueda ser. Aun así, el resultado lógico de tu decisión es perfectamente evidente, sólo con que lo observes. Al decidir contra tu realidad, has decidido mantenerte alerta contra Dios y Su Reino. Y es este estado de alerta lo que hace que tengas miedo de recordarle.

*****************************
Extraído del libro: Un Curso de Milagros
Enlace: https://acimi.com/es/un-curso-de-milagros/texto/capitulo-10/la-decision-de-olvidar
CAPÍTULO 10 LOS IDOLOS DE LA ENFERMEDAD  Pag. 203

domingo, 11 de septiembre de 2016

LA VERDAD DE LO QUE ERES Y TÚ

     Repasemos nuevamente lo que parece interponerse entre la verdad de lo que eres y tú. Pues para superar este obstáculo se tienen que dar ciertos pasos. El primero es una decisión que tú tomas. Pero de ahí en adelante, la verdad se te confiere. Tú quieres determinar lo que es verdad, y debido a tu deseo, estableces dos alternativas entre las que elegir cada vez que crees que tienes que tomar una decisión. Ninguna de ellas es verdad, ni tampoco son diferentes entre sí. Sin embargo, tienes que examinar las dos antes de que puedas mirar más allá de ellas a la única alternativa que sí constituye una elección diferente. Pero no la busques en los sueños que forjaste con el propósito de que esto estuviese nublado de tu conciencia.

     Las alternativas entre las que eliges no constituyen una verdadera elección, y tan sólo dan la impresión de que se trata de una elección libre, pues en cualquier caso, el resultado será el mismo. De modo que no es realmente una elección en absoluto. El líder y el seguidor parecen desempeñar diferentes papeles, y cada uno de estos papeles parece poseer ventajas que tú no quisieras perder. En su fusión, por lo tanto, parece haber esperanzas de satisfacción y de paz. Te ves a ti mismo dividido entre estos dos papeles, escindido para siempre entre los dos. Y cada amigo o enemigo se convierte en un medio para salvarte de esto.

     Tal vez lo llames amor o tal vez pienses que es un asesinato que finalmente está justificado. Odias a aquel a quien asignaste el papel de líder cuando tú lo quisieras tener, y lo odias igualmente cuando él no lo asume en aquellas ocasiones en que tú quieres ser el seguidor y abandonar el liderato. Para eso fue para lo que concebiste a tu hermano, y te acostumbraste a pensar que ése era su propósito. A menos que él sea fiel a eso, no habrá cumplido la función que tú le asignaste. Por lo tanto, merece la muerte, al no tener ningún propósito ni ninguna utilidad para ti.

     ¿Y qué quiere él de ti? ¿Qué otra cosa podría querer, sino lo mismo que tú quieres de él? En esto es tan fácil elegir la vida como la muerte, pues lo que eliges para ti lo eliges para él. Le haces dos llamamientos, tal como él a ti. Estos dos llamamientos ciertamente constituyen una elección, pues de cada uno de ellos se deriva un resultado distinto. Si él acaba siendo tu líder o tu seguidor no importa, pues en cualquier caso habrás elegido la muerte. Pero si él clama por la muerte o por la vida, por el odio o bien por el perdón y por la ayuda, entonces el resultado no será el mismo. Si oyes el primero de esos llamamientos, te separarás de él y te perderás. Mas si oyes el segundo, te unirás a él y en tu respuesta se halla la salvación. La Voz que oyes en él no es sino la tuya. ¿Qué te pide? Escucha atentamente, pues te está pidiendo lo mismo que te ha de llegar a ti, ya que lo que estás viendo es una imagen de ti mismo y lo que estás oyendo es tu propia Voz expresando tus deseos.

     Antes de contestar, haz una pausa y piensa en lo siguiente:


     ***La respuesta que le dé a mi hermano es la que yo estoy pidiendo Y lo que aprenda acerca de él, es lo que aprenderé acerca de mí.***

*****************************
Extraído del libro: Un Curso de Milagros
Enlace: https://acimi.com/es/un-curso-de-milagros/texto/capitulo-31/caminando-con-cristo
CAPÍTULO 31 LA VISIÓN FINAL Caminando con Cristo Pag. 731
*****************************



martes, 6 de septiembre de 2016

Los cinco minutos del Espíritu Santo


      Cuando hemos sido transformados por la gracia santificante, los impulsos del Espíritu nos ayudan a sacar lo mejor de nosotros mismos, lo mejor de ese nuevo ser que ha producido la gracia en nosotros.

     Una vez renovados por la gracia santificante, los permanentes impulsos del Espíritu nos estimulan a realizar obras más perfectas, para crecer cada vez más en el dinamismo del amor. Porque en nuestro ser transformado ya existe una vida nueva que nos capacita para esas obras sobrenaturales que pueden llegar al heroísmo y al martirio. Este crecimiento de la vida de la gracia santificante, que es ante todo un camino de amor, no tiene límites.

     Atrevámonos a ese crecimiento permanente que quiere producir en nosotros el Espíritu Santo.

     Así lo expresaba Santo Tomás de Aquino:


     "La caridad, en razón de su naturaleza, no tiene término de aumento, ya que es una participación de la infinita caridad, que es el Espíritu Santo... Tampoco por parte del sujeto se le puede prefijar un término, porque al crecer la caridad, sobrecrece siempre la capacidad para un aumento superior... Este aumento persigue un fin, pero ese fin no está en esta vida sino en la futura" (ST II-II, 24,7).

*****************************************
Enviado por: Eloisa Gutierrez
Twitter: @ccpeloisa
ccp.eloisagutierrez@gmail.com 
*******************************************

lunes, 5 de septiembre de 2016

Los cinco minutos del Espíritu Santo


     El Evangelio nos enseña a amar como Jesús amó y nos pide que amemos hasta el extremo. Pero es imposible lograr eso con nuestras propias fuerzas. Nuestros sentimientos y nuestras necesidades nos llevan a estar siempre pendientes de nosotros mismos, pensando en nuestros propios intereses.

     Sólo el Espíritu Santo puede sacarnos fuera de nosotros mismos, para dar la vida por los hermanos si es necesario. Sólo el Espíritu Santo puede darnos esa capacidad tan bella. Así lo vemos en el martirio de San Maximiliano Kolbe, que hoy celebramos.

     En el campo de concentración de Auschwitz no sólo murieron muchos hermanos judíos. También fueron sacrificados por los nazis algunos cristianos, entre ellos el sacerdote Maximiliano Kolbe. Él evangelizaba con todos los medios posibles, incluyendo las publicaciones y la radio, y soñaba con producir películas cristianas. También estuvo evangelizando cinco años en Japón. Luego, de regreso en Polonia, los nazis destruyeron su imprenta y lo llevaron preso al campo de concentración.

     Con su ejemplo y su palabra consolaba cada día a los demás presos, les ayudaba a rezar, apaciguaba los ánimos alterados. Su vida pudo culminar de esa manera porque toda su existencia fue una entrega generosa, gota a gota, y lo preparó para pensar en los demás hasta entregar la vida.

     Su testimonio más elocuente y singular fue la ofrenda de su vida en lugar de otro prisionero.

     Cuando llevaban a morir al sargento Gajowniczk, Maximiliano escuchó que tenía cinco hijos, y se ofreció para morir en su lugar. Entonces lo sometieron a morir de hambre junto con otros nueve presos. Maximiliano fue acompañando a cada uno a morir en paz. Finalmente, murió también él.

     Aquel sargento asistió años después a la beatificación del que le había salvado la vida. A lo largo de la historia encontramos pocos testimonios de amor fraterno tan bellos y generosos como el de Maximiliano.  Éste es sin duda el aspecto del Evangelio que él ha reflejado más clara y luminosamente: "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos" (Juan 15,13). "Lo que les mando es que se amen los unos a los otros" (Juan 15,17). Ese fruto de amor fraterno que el Espíritu Santo quiere realizar en nosotros, se produjo con abundancia en la entrega total de Maximiliano.

     Sería bueno pedirle insistentemente al Espíritu Santo que cure nuestros egoísmos y comodidades para que seamos capaces de amar de ese modo tan luminoso.
                        

     Un ejemplo extremo en condiciones extremas...no sólo Jesús tuvo que pasar por situaciones extremas en este mundo.

*****************************************
Enviado por: Eloisa Gutierrez
Twitter: @ccpeloisa
ccp.eloisagutierrez@gmail.com 
*******************************************

domingo, 4 de septiembre de 2016

LA IDEA DEL DOLOR

     Si somos lo que proyectamos o lo que extendemos hacia afuera,

 ¿dónde está el dolor? o ¿porque sentimos dolor? 


     Partiendo de la idea de que el mundo con sus entramados conceptos y creencias es una fabricación de nuestra propia invención producto de la idea que tenemos de nosotros mismo, y vemos en cada persona, objetos, ideales, como un espejo que refleja nuestra propia imagen e identidad como individuos separados del TODO, el dolor es un recuerdo del pasado venga de donde venga, que usaremos como herramienta para lograr un objetivo. 

     El cuerpo es lo que tenemos mas no lo que somos y toda manifestación dolorosa bien sea física o mental es el resultado o consecuencia de un pensamiento erróneo que tiene como causa la idea de separación.  

     Si sentimos el dolor es porque creemos que podemos lograr algo con ello, es reforzar la idea de que somos especiales, es una manera de decirle al otro:

     -oye me duele la cabeza soy diferente a ti no me molestes– 
o también
     – oye me duele la cabeza fíjate lo que soy capaz de sufrir
Etc. 

     Cualquiera que sea el contexto en el que se manifieste el dolor se trata de sentirnos especiales con relación al otro.  Aun mas si el dolor es derivado de situaciones en el plano emocional ahí es más acentuada la “manipulación”

     Al experimentar dolor usamos los acontecimientos pasados en arreglo a solucionar situaciones amparados en la idea de lo justo o hacer justicia que no es más que la venganza hacia algo, alguien o algunos que nos ha hecho el “daño”

     Una toma de conciencia en el momento de experimentar el dolor le otorga a la mente la posibilidad de un cambio de percepción sobre este, de manera que este se mitiga o desaparece, se trata de una simple conexión con la realidad en la esencia misma de tu SER que no tiene nada que ver con el tiempo ni el espacio valores usados por el cuerpo para separarte de la FUENTE, preguntas como: ¿que gano yo con este dolor? o ¿para que me sirve este dolor? invitan a una visión más amplia desde otra perspectiva contribuyendo al deshacimiento de la idea del dolor

****************************************
Por: Cheo 
los5minutosespiritusanto@gmail.com
https://cheomedina.blogspot.com.es/ 
*******************************************  
  

Los cinco minutos del Espíritu Santo


     Junto con el perdón a uno mismo, es necesario reconocer que Dios no hace monstruos, y por lo tanto nuestro ser está lleno de cosas buenas y de posibilidades bellas. 

     En la historia de cada ser humano hay obras buenas, intenciones positivas, cosas bellas que Dios mismo ha provocado con los impulsos de su Espíritu Santo. Es necesario reconocer esas cosas. No para enorgullecerse, sino para reconocer la obra del Espíritu y descubrir las valiosas posibilidades que hay en nuestra vida. Esto es necesario para poder mirar de la misma manera a los demás, con ojos positivos.

     Es bueno entonces, repasar el propio pasado para recordar esas cosas que nos hacen sonreír, esas acciones importantes que han brotado de nosotros, esas cosas positivas que logramos hacer o decir, esos momentos que nos hacen sentir que valía la pena nacer.

     Es precioso ver cómo el Espíritu Santo ha ido actuando en la propia vida, dejando su mensaje poco a poco, en medio de las tristezas, los fracasos, los errores y las dificultades. El Espíritu Santo es el gran artista, que también de las cosas malas puede sacar algo bueno, algo que sólo con el paso del tiempo podemos llegar a descubrir.   

*****************************************
Enviado por: Eloisa Gutierrez
Twitter: @ccpeloisa
ccp.eloisagutierrez@gmail.com 
*******************************************

sábado, 3 de septiembre de 2016

Los cinco minutos del Espíritu Santo


     En algunos santos podemos reconocer de una forma especial la belleza y la alegría que puede derramar el Espíritu Santo cuando somos dóciles a su acción en nuestros corazones.

    Hoy recordamos a Santa Clara, la compañera de San Francisco de Asís. Ella pudo decir a Jesús como San Pedro: "Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido" (Mateo 19,27).

     Cautivada por la entrega radical y feliz de San Francisco de Asís, Clara decide audazmente seguir sus pasos. En aquella época era muy difícil para una mujer tomar ese tipo de decisiones. De hecho, cuando Clara dejó su palacio fue perseguida por sus familiares. 

     En la pequeña iglesia de Santa María de los Ángeles (La Porciúncula) se consagró a Dios; Francisco cortó sus trenzas y aceptó su compromiso a los dieciocho años. Luego su testimonio entusiasmó a su hermana Inés y a dieciséis jóvenes más con las que formó una comunidad.

      Alternaban la oración con el cuidado de enfermos pobres. Una de las normas de esta comunidad era vivir sólo de las limosnas; por lo tanto, una parte del día se dedicaba a pedir limosna para comer.

     Para los que nos entregamos a Dios a medias, temiendo que él quiera tomarlo todo, sospechando que Dios quiere mutilarnos o quitarnos algo sin nuestro permiso, el testimonio de Clara nos muestra la alegría de quien se deja llevar por el Espíritu Santo para vivirlo todo con Jesús. Clara sabía que una vida que se construye sin el Espíritu Santo está destinada a la tristeza, al vacío y a la muerte, y que lo que se construye con él está seguro y tendrá buen fin. Sin máscaras, sin seguridades falsas, sino apoyándose sólo en el inquebrantable amor divino.


     Esta mujer conjugaba en su comunidad contemplativa los ideales de pobreza, servicio al pobre y vida fraterna. El sueño comunitario del pobre de Asís se realizaba hermosamente en este grupo de mujeres pobres, en íntima comunión con Francisco y sus seguidores. En estos seres capaces de vivir una luminosa comunión fraterna, descubrimos hasta qué punto el desprendimiento de los seres queridos y de los afectos, cuando es sano y verdadero, no hace más que multiplicar los lazos del amor. 

     Por eso el creyente no le teme a la soledad, porque el Espíritu Santo le va otorgando una firmeza afectiva que le permite tener relaciones sanas, no posesivas ni absorbentes, y eso le va ganando amistades más bellas y satisfactorias, sin angustias enfermizas. Pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe ese modo de amar.

*****************************************
Enviado por: Eloisa Gutierrez
Twitter: @ccpeloisa
ccp.eloisagutierrez@gmail.com 
*******************************************

viernes, 2 de septiembre de 2016

ORACIÓN DE LA MAÑANA



     Señor mío y Dios mío, te alabo y te bendigo por todas las enseñanzas que me has regalado en las experiencias de ayer.

     Gracias por acariciarme con tantas manifestaciones de amor y por hacerme confiar en Ti. Sabes que requiero de tu ayuda. Hay tantas fallas en mí y tantas situaciones difíciles que debo atravesar que necesito de tu poder maravilloso para seguir adelante.

     No quiero dejar que la tristeza y el miedo se apoderen de mí ser, sino que quiero luchar y dar lo mejor de mí siempre en cada situación y comprender que pase lo que pase saldré ganando por tu amor infinito. 

     Te pido que hoy me acompañes en cada una de las experiencias que tengo que vivir, no me dejes solo, soy muy frágil y no puedo enfrentar todas esas situaciones sólo pensando en mí.

     Te amo y confío en tu poder, por eso pongo todo en tu presencia. Gracias por cada bendición de este momento y por hacerme sentir que soy tuyo. Amén

     Padre Dios, dale el coraje que necesita a este hermano que me lee, para ser un verdadero testigo tuyo ante la sociedad. Amén.


Los cinco minutos del Espíritu Santo


     Hoy 8 de Agosto la Iglesia celebra a Santo Domingo. En su vida podemos reconocer cómo el Espíritu Santo nos sorprende y a veces nos lleva a hacer cosas que no se entienden mucho, pero que son necesarias para el Reino de Dios.

     Ese Reino ya está presente en el mundo, y está desarrollándose de manera misteriosa. Va creciendo aquí y allá, de diversas maneras.

      Como la semilla pequeña, que puede llegar a convertirse en un gran árbol (Mateo 13,31-32).

      Como el puñado de levadura, que fermenta una gran masa (Mateo 13,33). 

     Y crece en medio de la cizaña (Mateo 13,24-30), también mientras dormimos, sin que lo advirtamos (Marcos 4,26-29).  Por eso puede sorprendernos gratamente, y mostrar cómo nuestra cooperación con la gracia siempre produce frutos en el mundo. Pero es necesario cooperar con ese poder divino tratando de estar disponibles, liberados de los controles, esquemas y seguridades para dejarnos llevar donde el Espíritu Santo quiera y para anunciar el Evangelio sin demoras.

     Esa urgencia es la que vemos plasmada en Santo Domingo. Él, dos años después de fundar su congregación, formada sólo por 16 personas, envió a los dominicos a París, Bolonia, Roma y España. En esos lugares debían fundar conventos, estudiar y predicar. Nadie entendía esa dispersión de pocas personas, con el riesgo de que la obra dominicana se acabara en poco tiempo. Pero el argumento de Domingo era el siguiente: "Amontonando el trigo, se arruina; esparcido, fructifica".

     Esta opción arriesgada de Domingo, que podía acabar en poco tiempo con su recién nacida congregación, se explicaba por una convicción profunda: ya no bastaba con fundar monasterios, centros contemplativos donde los monjes vivían seguros y en calma. Ahora se trataba de anunciar el Evangelio por todas partes, y viviendo en la inseguridad de los caminos, pobres y confiados en la providencia. Él confió en el Espíritu Santo, que le hacía ver esta necesidad, aunque muchos no podían comprenderlo.


     El mundo necesitaba profetas, y el ideal de Domingo era vivir predicando el Evangelio como los Apóstoles. En él y en sus compañeros el Espíritu Santo había derramado el carisma de la predicación, y entonces no tenia sentido quedarse quietos en unos pocos conventos. La Palabra de Dios era en ellos como un fuego que no se podía contener (Jeremías 20,9). Pidamos al Espíritu Santo que logremos experimentar esa hermosa pasión.

******************************************
Enviado por: Eloisa Gutierrez
Twitter: @ccpeloisa
ccp.eloisagutierrez@gmail.com 
*******************************************

jueves, 1 de septiembre de 2016

LAS DOS CAJAS


Los cinco minutos del Espíritu Santo


     "Ven Espíritu Santo.  Derrama en mi interior una profunda fe, para que pueda reconocerte.
Dame la gracia de aceptar que de verdad estás aquí conmigo en este momento. Quiero estar en tu presencia sabiendo con certeza que no me abandonas.

     No puedo confiar en mi mente tan pequeña, porque tu presencia santa es mucho más grande de lo que yo podría razonar o entender.

     Tampoco puedo confiar en mi sensibilidad, porque tu presencia supera todo lo que yo podría sentir, y tu amor es mucho más que lo que puede percibir mi corazón.

     Por eso te ruego que hagas crecer mi fe, ya que sólo con la mirada de la fe puedo descubrirte y gozar en tu presencia.

Ven Espíritu Santo.
Amén."                        


"Las dos cajas"


      Una noche un hombre se fué a la cama angustiado por los problemas. Tardó varias horas en conciliar el sueño. Ya casi al amanecer pudo dormir y soñó que tenía dos cajas en sus manos.

     Dos cajas que Dios le había dado, una era negra y la otra dorada.

     Le dijo: "Pon tus penas en la caja negra y tus alegrías en la dorada". Hizo lo que le había dicho y guardaba en cada caja según Dios le había indicado.

     Notó que la caja dorada se hacía cada vez más pesada y la negra seguía tan ligera como antes.

     Con curiosidad abrió la caja negra para averiguar el por qué, y se dio cuenta que tenía un gran agujero en el fondo, por lo que todas sus penas se habían ido.

     Entonces se lo mostró a Dios y le preguntó:

    ¿Señor, dónde están mis penas? Él sonrió y le dijo: "Hijo mío, yo las tengo".

     Señor, ¿entonces, por qué me diste dos cajas? ¿Por qué la dorada y por qué la negra con el agujero?"

     El Señor le respondió: "Hijo mío, la dorada es para que cuentes todas las bendiciones que te doy, y la negra es para que dejes ir tus problemas y penas y no los cargues siempre".

Concluyó diciendo: "Tú pasas más tiempo pensando en las cosas que no tienes y en tus problemas que en las bendiciones que te he dado. Entrégame a mí tus problemas, descansa y disfruta de las bendiciones que tienes".

     Es tiempo de despojarnos del peso que no nos permite disfrutar de las bendiciones que Dios nos ha dado. No pienses en lo que no tienes, disfruta lo que Él te ha dado y deja en sus manos tus necesidades.


"Descansa en Él"

******************************************
Enviado por: Eloisa Gutierrez
Twitter: @ccpeloisa
ccp.eloisagutierrez@gmail.com 
*******************************************

Tu capacidad de elegir

Tu capacidad de elegir En apariencia creemos que establecemos la capacidad de elegir o la toma de decisiones  en muchas posibles al...