jueves, 1 de septiembre de 2016

LAS DOS CAJAS


Los cinco minutos del Espíritu Santo


     "Ven Espíritu Santo.  Derrama en mi interior una profunda fe, para que pueda reconocerte.
Dame la gracia de aceptar que de verdad estás aquí conmigo en este momento. Quiero estar en tu presencia sabiendo con certeza que no me abandonas.

     No puedo confiar en mi mente tan pequeña, porque tu presencia santa es mucho más grande de lo que yo podría razonar o entender.

     Tampoco puedo confiar en mi sensibilidad, porque tu presencia supera todo lo que yo podría sentir, y tu amor es mucho más que lo que puede percibir mi corazón.

     Por eso te ruego que hagas crecer mi fe, ya que sólo con la mirada de la fe puedo descubrirte y gozar en tu presencia.

Ven Espíritu Santo.
Amén."                        


"Las dos cajas"


      Una noche un hombre se fué a la cama angustiado por los problemas. Tardó varias horas en conciliar el sueño. Ya casi al amanecer pudo dormir y soñó que tenía dos cajas en sus manos.

     Dos cajas que Dios le había dado, una era negra y la otra dorada.

     Le dijo: "Pon tus penas en la caja negra y tus alegrías en la dorada". Hizo lo que le había dicho y guardaba en cada caja según Dios le había indicado.

     Notó que la caja dorada se hacía cada vez más pesada y la negra seguía tan ligera como antes.

     Con curiosidad abrió la caja negra para averiguar el por qué, y se dio cuenta que tenía un gran agujero en el fondo, por lo que todas sus penas se habían ido.

     Entonces se lo mostró a Dios y le preguntó:

    ¿Señor, dónde están mis penas? Él sonrió y le dijo: "Hijo mío, yo las tengo".

     Señor, ¿entonces, por qué me diste dos cajas? ¿Por qué la dorada y por qué la negra con el agujero?"

     El Señor le respondió: "Hijo mío, la dorada es para que cuentes todas las bendiciones que te doy, y la negra es para que dejes ir tus problemas y penas y no los cargues siempre".

Concluyó diciendo: "Tú pasas más tiempo pensando en las cosas que no tienes y en tus problemas que en las bendiciones que te he dado. Entrégame a mí tus problemas, descansa y disfruta de las bendiciones que tienes".

     Es tiempo de despojarnos del peso que no nos permite disfrutar de las bendiciones que Dios nos ha dado. No pienses en lo que no tienes, disfruta lo que Él te ha dado y deja en sus manos tus necesidades.


"Descansa en Él"

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Enviado por: Eloisa Gutierrez
Twitter: @ccpeloisa
ccp.eloisagutierrez@gmail.com 
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